Normalmente yo compro los mejillones frescos aunque en esta ocasión eran conjelados, con lo que el resultado no ha sido del todo perfecto, pero aun así os pongo la receta, y prometo cambiar la foto en cuanto vuelva a hacerlo, que no será dentro de mucho tiempo.
INGREDIENTES:
Mejillones (frescos o congelados, mejor frescos)
1/2 cebolla
1 diente de ajo
Harina, una o dos cucharadas colmadas.
tomate frito , dos o tres cucharadas.
1 hoja de laurel
Un chorrito de vino blanco
guindilla (opcional)
PREPARACIÓN:
Limpieamos bien los mejillones, y los ponemos a cocer en agua con sal y la hoja de laurel.
Cuando empiecen a abrirse los vamos sacando sin necesidad de retirar la cazuela del fuego.
Una vez todos los mejillos fuera del agua, les retiramos una de las dos partes de la cáscara.
Los colocamos en una fuente para su presentación.
Ahora nos centramos en la salsa.
Para ello picaremos muy finamente la cebolla y el ajo, tb podemos añadir una guindilla si queremos la salsa con un toque picante.
Lo pochamos y seguidamente añadimos el harina. Cocinamos unos segundos. Ahora vamos añadiendo el caldo de la cocción de los mejillones colado, revolvemos bien para que se deshaga bien el harina y cocinamos unos minutos.
Añadimos un chorrito de vino blanco, como medio vaso o quizás menos. Despues el tomate frito y lo dejamos al fuego hasta que la salsa espese.
Una vez espesada, probamos y rectificamos de sal si fuera necesario.
Vertemos la salsa sobre los mejillones y servimos mientras estén calientes.
*En breve cambiaré la foto...no me gusta mucho esta.
Sólo con la salsa y añadiendole algún mejillon troceado y alguna gamba tendremos otro plato.
La textura será melosa y el sabor rico, rico....
